La noche y las aguas del Cantábrico son los protagonistas de la pesca de la antxoa. Con la llegada de la primavera más de 160 barcos salen a navegar en busca de este preciado pescado, que pasa el inverno en aguas frías y muy profundas y viaja hasta la zona del Mar Cantábrico en busca de zonas más templadas.

Una vez se encuentran en esta zona, son los barcos los que tienen trabajo. Se trata de una pesca artesanal que se lleva a cabo, principalmente, con redes de cerco. De esta manera, consiguen hacer una pesca selectiva sin perjudicar a otras especies que habitan en los fondos marinos.

Estamos ante un tipo de pesca sostenible, ya que tiene como objetivo capturar las anchoas de mayor tamaño, para que las más pequeñas sigan con su crecimiento.

Límite de kilos

En la costera de la anchoa de este año los pescadores del Cantábrico se pusieron de acuerdo, como cada año, para limitar la pesca de este ejemplar en 6.000 kilos al día por barco, de los 10.000 kilos permitidos. Con esta restricción lo que pretendían es que las anchoas se vendan a un precio adecuado. Si lo viesen necesario, estarían dispuestos a aumentar esa cifra en lo que crean oportunos.

Estas decisiones siempre son tomadas en conjunto para que todos los barcos tengan las mismas limitaciones. Aunque, el objetivo de todos ellos es el mismo: la pesca de la Anchoa del Cantábrico. Un pescado de altísima calidad que debe cuidarse desde que se captura hasta que llega al consumidor final, para no perjudicar ni el producto ni ninguno de sus procesos de elaboración. De esta manera, obtendríamos unas anchoas sabrosas y con buen aspecto.