Si hay algo que nos encanta es disfrutar de los aperitivos. Antes lo hacíamos en el bar, pero ahora, debido a la crisis del coronavirus y al largo tiempo que hemos tenido que estar en casa nos hemos aficionado tomarlo en casa.

Bien es cierto que ir al bar siempre es más cómodo porque no tienes que preocuparte por nada, pero hacerlo en casa tiene también sus ventajas. Preparar los aperitivos que más te gustan, comer uno tras otro hasta que se terminen o estar a gusto sentado mientas lo comes son las diferencias que marcan el bar del hogar.

Pero sea como fuere, los aperitivos siguen estando y muchas empresas dedicadas a ello han tenido que reinventarse para continuar con su modelo de negocio. Las gildas o las banderillas tan famosas eran elaboradas en cada bar o hechas por grandes empresas que las vendían directamente a la hostelería. Sin embargo, a raíz del confinamiento han dado el salto a la digitalización y han comenzado a vender sus productos a domicilio.

Otras empresas distribuidoras de Txakoli con Denominación de Origen se han visto obligadas a hacer lo mismo. Este vino afrutado tenía su gran consumo en los bares, pero con la pandemia los aficionados del Txakoli también han querido disfrutarlo en casa.

Y, por último, las conserveras de productos como las Anchoas o el Bonito del Cantábrico del País Vasco han notado un incremento de sus ventas. Las ganas de probar nuevos alimentos o de darse el lujo de comer esos productos que antes solo se solían comer en restaurantes, ha incitado a muchas familias a probar estos productos en sus casas.

Pero lo importante es que, de una manera u otra, el consumo de estos productos no ha perdido su tradición.