Hay mezclas que no pueden superarse más y un buen ejemplo de ello es la combinación de la Gilda con el Txakolí. En las costas del Mar Cantábrico disfrutan casi a diario de este pintxo tan especial.

La Gilda está formada por una Antxoa del Cantábrico del País Vasco proveniente de las aguas del Cantábrico, un par de Guindillas de Ibarra con Eusko Label y el toque final de las aceitunas, todo unido por una brocheta. Un producto único que, tomándolo solo sabe bien pero, acompañado de un buen maridaje sabe aún mejor. No obstante, no sirve cualquier vino. En este post os hablaremos de su acompañamiento ideal: el Txakoli.

El maridaje ideal para las gildas no es otro que un buen Txakoli. Y por qué no hacerlo con uno  que tenga el sello de Denominación de Origen, como puede ser el Txakoli de Araba, el Txakoli de Getaria o el Txakoli de Bizkaia.

Lo importante de esta combinación es hacerlo con productos de calidad. Y eso es lo que buscan los miles de turistas que vienen cada año a probar las gildas. Buscan un sabor diferente, pero especial. Que sepa bien y que les haga experimentar nuevas sensaciones.

La parte buena de la gilda es que, se trata de un producto que combina muy bien con otros ingredientes, por lo que existe una variedad infinita en la actualidad. Cada uno las elabora a su manera, aunque lo que de verdad importa, además de la calidad, es el cariño que le pones al hacerlas y disfrutarlas siempre con amigos o familia.

En nuestra página web tenemos recetas fáciles para preparar en casa y aquí os dejamos una de cómo hacer una gilda perfecta.